Tu puerta tiene mi ventana
En tu entrepierna descansa mi sol
Es presente el sujeto de mi oración
Casi congelado por un instante demore en ubicar el sonido de tu risa
Instante que me regalo horas de tu presencia repleta
Horas que figuran en nuestro conteo que no detiene
Era como saber hablar por primera vez
Sentía sonidos mojando mis días
Asentí y fuiste llegar
Completo de los sentidos queda descubrir los instantes regalados
Son los adornos los que rellenan las horas con sus muecas
Contemplo y aun más pertenezco
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