lunes, 25 de enero de 2010

T de Lorca


Era la inmensidad de su mar abierto

Era sus ojos y su corazón

Completo ser de si mismo

Con su boca unió las palabras y con su mano cerro sus ojos

Fe

Gracia

Ni se compran con tu sonrisa

Solo la locura comprendía su insistencia

Solo la soledad acompaño su queja

Solo el dependía de si mismo cuando miro el reloj

Estaba seguro que al escuchar su voz el se vería reflejado en sus sueños

Solo quería que se escuche y no se distrajera con el paisaje

El se miro y fue feliz

Como un juego de piezas el coloco la llave y vio lo que le esperaba

Luz

Infinita

Serena

Era la calma la calma de su ritmo y el paso

Comprendí que solo quería escucharse y lo mire

Sonrío

Sonreí

Callamos

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